La grabación pretendía acallar los rumores sobre el estado de salud de la princesa Gales. Sin embargo, su difusión no convenció a todos.
También solicita la inhabilitación del expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) para trabajar en el ámbito deportivo durante el tiempo de condena, dos años de libertad vigilada, prohibición de comunicarse y acercarse a la jugadora durante cuatro años, y una indemnización para ella de 50 mil euros (unos $53 millones).